El arte surrealista de Alan Glass llega al Palacio de Bellas Artes
En el marco del 90 aniversario del Palacio de Bellas Artes y de las conmemoraciones por los 100 años de la publicación del Manifiesto surrealista, llega la exposición Alan Glass. Sorprendente hallazgo.
Alan Glass (Montreal, 1932–Ciudad de México, 2023) fue un artista canadiense que, al mudarse a París, en 1953, tuvo su primer acercamiento con el movimiento surrealista. Tras recibir un cráneo de azúcar como regalo del Día de Muertos se despertó su interés por México, en donde se estableció desde 1970. La cultura mexicana influyó profundamente en su obra, especialmente en la creación de objetos surrealistas con elementos encontrados, como botones, cabello o insectos, transformando lo ordinario en extraordinario.
Con la obra del artista se ofrece una visión multidimensional de más de cinco décadas de su producción artística, abarcando temas como la naturaleza, el deseo, los viajes y la muerte.
Durante la muestra se destaca la red de colaboradores con los que se relacionó Glass en Francia y México. Entre ellos, André Breton, quien lo introdujo al surrealismo; y en México trabajó con Alejandro Jodorowsky en la escenografía de La montaña sagrada. También colaboró con Manuel Felguérez para la exposición Arte popular de las Américas, en España. Se vinculó con la pintora Leonora Carrington, así como con Aube Breton y el artista Pedro Friedeberg.
La exposición consta de tres secciones: Bitácora de viaje: una introducción al artista; Objetos de afinidad: un atlas de ensamblajes; y El jardín de las diosas, que reúnen 125 piezas —entre pintura, dibujo, ensamblajes y video— provenientes de 13 colecciones, que muestran la diversidad de afinidades artísticas, literarias y espirituales que influyeron en la obra de Glass.
La curaduría, a cargo de Joshua Sánchez, Xavier de la Riva, Abigail Susik y el investigador sueco Kristoffer Noheden, se centra en los medios y procedimientos surrealistas que el artista exploró a lo largo de su carrera.
Recorrido por la exposición
En un recorrido por la exposición, Joshua Sánchez dijo que el montaje busca analizar la obra de Alan Glass a través de tres secciones curatoriales en cuatro salas del museo. Glass es uno de los máximos exponentes del movimiento surrealista y eligió a México para residir a partir de 1963 y se vinculó con el movimiento pictórico mexicano y con una gran cantidad de personajes que habían estado en una diáspora del surrealismo de distintos países.
El recorrido inició en Bitácora de viaje: una introducción al artista, en la cual se presentan desde dibujos automatistas creados en París que no habían sido mostrados previamente, hasta una nutrida representación de sus más icónicos objetos surrealistas que contienen referencias biográficas del artista.
En Objetos de afinidad: un atlas de ensamblajes se muestran piezas y cajas construidas por Glass, utilizando materiales encontrados en mercados de pulgas y bazares en búsqueda de alguna curiosidad durante sus viajes y en su vida cotidiana en la Ciudad de México.
En esas primeras dos secciones se presenta, no de manera no cronológica sino más bien como recorrido temático, un atlas de sus principales ensamblajes realizados “para desentrañar las principales temáticas y pasiones que estuvieron a lo largo de su trayectoria artística”.
Mencionó que una de sus obras más importantes es su propia casa-estudio, que, si bien tienen características similares a las de otros artistas, se puede leer como una obra en sí misma, pues se asemeja a esos gabinetes del siglo renacentista en el que se encuentran todo tipo de objetos recolectados a través del tiempo.
Por último, en El jardín de las diosas se encuentra una selección de dibujos automatistas, acuarelas y objetos intervenidos, así como ensamblajes y objetos encontrados que resaltan la naturaleza mística y espiritual para propiciar una experiencia introspectiva y trascendental.
Esta sección —consideró en su momento el curador Kristoffer Noheden— se centra en los medios y procedimientos surrealistas que Alan Glass exploró a lo largo de su carrera. “Lo que verán aquí es la suma de esa acumulación como coleccionista que profesó Alan Glass. De alguna manera, refleja una cultura material de todo un periodo, es decir, más allá de la propuesta estética, esta galería evoca su visión imaginativa del mundo a lo largo de su vida”.
La exposición tendrá itinerancia al Museo de Bellas Artes de Montreal, Canadá, en la primavera de 2025, mientras tanto estará en el Palacio de Bellas Artes y estará abierta al público del 30 de octubre de 2024 al 16 de febrero de 2025 en las salas Siqueiros, Camarena, Orozco y Tamayo, de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas.